¿Quién no recuerda aquella pelea de patio de vecinos a ritmo de endecasílabos en que se enzarzaron Góngora y Quevedo que estudiamos en la escuela? Ya quisieran esos ordinarios que hoy cobran millones por salir en la televisión insultarse con la mitad de arte y finura con que lo hicieron ellos.
Yo te untaré mis obras con tocino
Porque no me las muerdas, Gongorilla,
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino.
Le dedicaba sus versos Quevedo a Góngora, y éste contestábale:
Anacreonte español, no hay quien os tope,
que no diga con mucha cortesía,
que ya que vuestros pies son de elegía,
que vuestras suavidades son de arrope.
El último ataque literario lo han protagonizado dos escritores de best-sellers norteamericanos: el terrorífico Stephen King y la no-muerta Stephanie Meyer, cuando el primero afirmó, refiriéndose a la segunda que “no consigue escribir nada que valga la pena.” Hasta el momento, que yo sepa, la reina del romance vampírico no ha devuelto la pulla.
Pleitos los han tenido, entre otros, Valle Inclán y Echegaray, Juan Ramón Jiménez y Neruda, Gore Vidal y Truman Capote, John Le Carré y Salman Rushdie, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa (estos, cuentan, que por una mujer). Umbral con todos y Cela con todos y alguno que se dejó Umbral. Ante tanta mala leche me pregunto por qué duele tanto entre los seguidores de un autor la humilde crítica de un lector anónimo. Y no hablo de mí, sino de Internet en general, donde las opiniones negativas devienen en arrollador tsunami de insultos.
En cuestión de odios literarios, como veis, perro sí como perro, y cualquier lindeza de las que se dedican entre ellos es mucho más demoledora y ofensiva que las que uno se pueda topar por la red:
"No tengo ninguna paciencia con esa porquería de libros que me mandas; exceptuando las novelas de Scott, y tres o cuatro cosas más, nunca me había topado con obras de esa calaña. Campbell sermonea, Moore es errático, Sothey sólo dice bobadas, Wordsworth estupideces, Coleridge es confuso, Joanna Baille insignificante, y Bowles es quisquilloso, litigante y llorica.” (Lord Byron)
"Lo que sucede es que los trabajos de varios escritores vanidosos, como Camus, Lorca, Kazantzakis, D.H. Lawrence, Thomas Mann, Thomas Wolfe, y literalmente cientos de otras grandes mediocridades, me parecen efímeros y de segunda fila.” (Vladimir Nabokov)
"Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia” (Mark Twain sobre Jane Austen).
“Me parece una mala escritora simple y llanamente, y llamarla escritora es darle cancha. Ni siquiera creo que Isabel Allende sea escritora, es una escribidora”. (Roberto Bolaño sobre Isabel Allende).
“Me enviaron esa mierda de De aquí a la eternidad. Y con lo mierda que es, me extraña que el hombre que la escribió tenga esa extraordinaria pinta de estreñido”. (Truman Capote sobre James Jones).
“Tenía una mente tan perfecta que ninguna idea podía profanarla”. (T.S. Eliot sobre Henry James).
“Goethe es el genio más grande que ha existido en un siglo y el imbécil más grande que ha existido en tres”. (Carlyle sobre Goethe).
“Inaguantable”. (Valle-Inclán sobre Góngora).
“Aprecio mucho a Freud como autor cómico”. (Nabokov sobre Freud).
“Hace treinta años que no lo leo. Es un pelmazo. Y me tiene sin cuidado que le hayan dado el Nobel o no”. (Sánchez Ferlosio sobre Cela).
“Su estilo es despreciable, pero eso no es lo peor de él”. (Coleridge contra Gibbon).
“Otro Juan Ramón Jiménez. Más de 400 versos seguidos, pequeño fragmento de ese largo poema escrito en
“Italia no tiene escritores sino escribanos, como el imbécil del tal Petigrelli, el tonto furibundo de Marinetti y el tonto estético de D’Annunzio, con su cortejo de frases con miriñaques y crinolinas” (Vicente Huidobro).
“Leí tu artículo sobre Waugh. Este libro de mierda sonaba horroroso, parte de que el tipo era muy tonto. Sólo un hijo de puta de primera categoría podría haber escrito las partes divertidas de La espada del honor y la totalidad de Retorno a Brideshead. Cada vez que pienso más en él como un chaval que escribió un libro maravilloso (Decadencia y caída), pero a quien luego le dio un ataque de histeria y se unió a
"Tú sabes que yo no soporto a Shakespeare, pero es que tus obras son aún peores". (Leon Tolstoi a Antón Chejov).
"Lo más espantoso es que ese monstruo tiene partidarios en Francia; y para colmo de calamidades y de horror, fui yo quien antaño habló el primero de ese Shakespeare, fui yo el primero que mostró a los franceses algunas perlas que había encontrado en su enorme basurero. No esperé que se me utilizaría un día para pisotear las coronas de Racine y de Corneille, adornando la frente de un histrión bárbaro". (Voltaire sobre Shakespeare)
"En mi opinión es el genio de mente más vulgar que jamás haya dado la literatura". (George Eliot sobre Lord Byron)
"Esa hiena que escribía poesía en tumbas". (Horace Walpole sobre Dante Alighieri)
“Marías está bien, es como la mortadela, que es nutritiva y barata y yo se la pongo a mi hija en el bocata. Lo que me jode es que me quieran vender la mortadela como si fuera el jamón serrano. ” (Rafael Reig sobre Javier Marías)
"Novelista de muy patético destino: empeñado en ser el más cervantino de todos, el pobre hombre no se da cuenta de que cuanto sale de su pluma huele a zapatillas a cuadros y a casino de ciudad rancia". (Javier Marías sobre Andrés Trapiello)
"Ese ingeniero engreído a quien han comparado con Faulkner". (Trapiello sobre Juan Benet)
"Es un cretino y verdadero imbécil". (Rosa Chacel sobre Paco Umbral, tras llamarla lesbiana)
“Al garzón M2, mozo lírico o, mejor dicho, lírico-cómico-bailable sentimental, aprovechadillo y sagaz, le dio semejante ataque de cuernos con motivo de la publicación de una novela por un no censado, que tuvo que adobárselos con vaselina por ver de rebajarles la calentura; algunos tratadistas suponen que en estos casos están muy indicados los enemas con una infusión templada de yerbas medicinales que para los esfínteres contrariados, debe ser salvia y matalahúga, a partes iguales. El doncel tontuelo que se proclama caudillo de los famosos ciento cincuenta, no debe cejar en su actitud mientras siga manando leche y miel y otras espórtulas de la próvida y caritativa ubre del presupuesto”. (Cela sobre Muñoz Molina).
“Para hablar sobre Camilo José Cela, preferiría hacerlo con las palabras que le dedica Italo Calvino en su libro Correspondencia, donde lo define como 'una de las personas más vacuas e insoportables de la literatura internacional'. De Umbral pienso que no es un escritor, y menos un novelista, en todo caso es un provocador". (Juan Marsé).
“Francisco Umbral, guardián de todos los centenos sembrados por los grandes de la literatura -preferiblemente muertos, que se dejan plagiar sin decir ni pío”. (Arturo Pérez Reverte sobre Umbral)
"Walt Witman recitado por un camionero, el budismo al alcance de los lectores del Reader's Digest y una inacabable palabrería de borracho pseudofilosófico". (Juan Luis Panero sobre Jack Kerouak)
"Escribe una poesía fácil, bobalicona, al alcance de cualquier plumífero. Es la poesía especial para todas las tontas de América". (Vicente Huidobro sobre Pablo Neruda)
"No he leido Lolita y no pienso hacerlo, ya que la longitud del género novelesco no coincide ni con la oscuridad de mis ojos ni con la brevedad de la vida humana". (Borges sobre Navokov)
"Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni Umbral. Sí leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en ningún modo a Cela y a Umbral. Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura". (Roberto Bolaño)
"Umbral escribe como mea". (Miguel Delibes sobre Umbral)
“Entiendo que alguien le guste cómo construye las frases Marías. Es cierto que tiene un modo peculiar de ir y volver y darle vueltas a lo mismo que ya Benet exploró hasta la extenuación pero que puede resultar seductor para quien tiene un determinado tipo de cerebro. Yo prefiero a los escritores que “centran la jugada”, aunque reconozco que todo eso es un asunto del gusto, como el paladar. Sin embargo, no comprendo como estas escenas pueden leerse sin más y cómo la gente puede darlas por buenas y complacerse en ellas. Para mí, cuando las leí por primera vez con la mejor de las voluntades --ya que en aquel entonces Marías y yo éramos íntimos amigos--fueron impasables. Aún hoy me sorprende que alguien pueda tragarlas y no decir como el Ángel del Apocalipsis: “Y porque no eres ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca”. (Blanca Andreu sobre Javier Marías)
Parte de las citas proceden del libro Escritores contra escritores, de Albert Angelo.