El
Visko esponja
“–Papá,
quiero dejar de beber.
–No
digas tonterías, Visko, eres una esponja.
–¿Qué
significa eso? ¿Que tendré que estar toda la vida colgado de este escollo
filtrando y removiendo agua, como si fuera un vegetal?
–Eres
un vegetal, Visko, o por lo menos un zoófito. Qué cosas dices...
El
mayor drama de ser un vegetal era la imposibilidad de suicidarse. La ventaja de
ser una esponja era la posibilidad de beber para olvidar.”
El
Visko mantis
“—¿Cómo
era papá? —le pregunté a mi madre.
—Crujiente,
un poco salado, rico en fibra.
—Quiero
decir antes de comértelo.
—Era
un mequetrefe inseguro, angustiado, neurótico, un poco como todos vosotros, los
machitos, Visko.
Me
sentía más cercano que nunca a aquel genitor al que no había llegado a conocer,
que se había descompuesto en el estómago de mamá mientras yo era concebido. De
quien no había recibido calor, sino calorías. Gracias, papá, pensé. Sé lo que
significa, para una mantis macho, sacrificarse por la familia.”
El
Visko camaleón
“¿Quién
soy yo?, me preguntaba. Como no encontraba la respuesta, le pregunté a mi padre.
-Depende
del contexto -me explicó-. Nosotros los camaleones somos como la pausa entre
dos palabras.
-Y...
¿nuestra personalidad?
-¿Para
qué quieres una personalidad, hijo mío, cuando las puedes tener todas?
¿De
qué te sirve ser tú mismo cuando puedes seducir a saurias fantásticas, obtener
buenas notas en el colegio y hacer huir a tus adversarios simplemente diciendo
que eres otro? Toma ejemplo de mí, que hoy soy tu padre y mañana quién sabe.”
Eres
un bestia, Viskovitz, de Alessandro Boffa. Relatos 'fabulosos' sobre la
condición humana, pasada por la más tierna zoofilia. Si queréis oír un cuento
completo, aquí tenéis una dramatización realizada por el programa El Ojo de
Ya-Ve, de Radio 3, con la participación estelar de Carlos Faraco, pero de
Carlos hablaré en otro post o éste no se acabará nunca.