¿Sabíais que, cuando no miráis, vuestros blogs hablan alemán? En la intimidad, como aquel otro que hablaba catalán, de incógnito y por sorpresa.

Eso descubrí yo casualmente mientras hacía una búsqueda en Google y me encontré con un submarino germánico e insumergible.

Y una fiebre malagueña tan rubia como aria.

La habilidad políglota de mi blog viene a compensar la mía, que eso del spikinglis lo lleva de pena. Aún confío en que alguien invente el chip de traducción simultánea y de implantación subcutánea.