-- Los cierres abrefácil que no se abren.
-- Los abredifíciles que se abren solos.
-- Los especialistas en marketing que creen que por cambiar el Colón de sitio voy a comprar medio supermercado mientras lo busco.
-- No encontrar la ropa que me gusta porque alguien ha decidido que no está de moda y, por tanto, ha dejado de fabricarse.
-- A quienes no dejan salir antes de entrar.
-- A quienes se empeñan en acabar tus frases como si supieran lo que vas a decir mejor que tú mismo.
-- A los camareros que no escuchan cuando pides tu consumición.
-- La música ajena a todo volumen.
-- Las puertas de los armarios abiertas.
-- Las etiquetas de la ropa recién comprada.
-- La gente que siempre llega tarde.
-- Las baldosas de mi ciudad.
-- Perder el autobús en el último momento.
Foto: Las baldosas 'asesinas' de Oviedo, por si alguien lo dudaba.