Nos vigilan....


Velda Rae despertó aquella mañana después de un sueño inquieto y sorprendióse en su cama convertida en una bloguera perturbada.


Ni el pobre Gregorio Samsa al verse con antenas y tarsos debió de sentirse tan trastornado como yo con la vida propia que ha resultado tener este blog, con las cosas que cambia por su cuenta mientras yo duermo, convencida de haber dejado mi post atado y bien atado la noche anterior.

O tengo a Hal 9000 viviendo de okupa en mi portátil o poseo el primero ordenador con complejo de Frankestein de la historia. Sé que el nombre de HAL responde al acrónimo inglés Heuristically programmed ALgorithmic computer (computador algorítmico heurísticamente programado), pero, aficionada como soy a las teorías de la conspiración (a todas, pero, sobre todo, a la conspiración de la estupidez), para mí siempre esconderá esa imagen granhermanística de IBM (coged las letras HAL y sustituid cada una por la que le sigue en el alfabeto).

Así que no me resulta nada difícil imaginar a mi ordenador haciéndome luz de gas cada noche, cambiando la configuración de este blog, las entradas de días anteriores, el tipo y el tamaño de fuente con la que escribo y la ubicación de las fotos. Porque eso es lo que me encuentro algunas mañanas cuando entro por aquí.






Que mi blog no sea el mismo en función del navegador con que uno lo abra ya no me extraña desde el día que descubrí que la mitad de las herramientas de edición que uso si accedo desde el Mozilla Firefox no existen cuando quiero hacerlo desde el Internet Explorer.

Que la distribución de las imágenes no coincida en ambos navegadores ya viene de lejos; que incluso con el Explorer aparezcan extraños códigos en el texto que con el Mozilla no se ven, psé, peccata minuta; pero que entradas cerradas hace días con una determinada disposición y diseño aparezcan de pronto cambiadas sin que yo (a menos que sea sonámbula o padezca desdoblamiento de personalidad) haya tenido nada que ver con ello me resulta ¡un expediente x tan kafkiano como amanecer un día convertido en insecto!

Claro que también puedo ser Sarah Connor y no haberme enterado. Como la Reina de la misma Alicia de mi post anterior (aunque de su viaje a través del espejo) empiezo a ser capaz de creer seis cosas imposibles antes del desayuno.


Velda Rae golpea con los nudillos la tapa del portátil: ¿Hay alguien hay dentro…? ¿Puede oírme alguien…?



Fotos: 2001: A Space Odyssey







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